Necesitamos hablar y que nos orienten

Antes de actuar es muy importante tener información precisa sobre el problema para evitar creencias erróneas que podamos tener sobre él.

Cuando hay sospechas de un problema de salud mental o adición, podemos pedir apoyo a la red pública sanitaria, a la médica o médico de familia o a la persona especialista en salud mental o drogodependencias si hay un diagnóstico previo o está en seguimiento. Nos puede ir bien consultar a profesionales todas las dudas o cambios observados.

Además del apoyo profesional, contactar con entidades sociales (asociaciones, fundaciones, grupos de apoyo mutuo …) puede ser una buena salida. Allí podremos:

  • Compartir el problema con otras personas que viven o han vivido una experiencia similar (grupos de ayuda mutua).
  • Informarnos y aprender qué hacer y cómo manejar las propias emociones (apoyo psicoeducativo).
  • Recibir atención y asesoramiento desde una visión complementaria a la sanitaria.

Debemos intentar entender y asumir el problema para poder reconstruir nuestra vida y favorecer un clima familiar que facilite la rehabilitación de la persona afectada. Es importante mantener un clima emocional estable y que facilite que todos los miembros de la familia nos apoyamos.Cuidar de la familia es un pilar fundamental para una buena evolución de la persona afectada.

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