Me llamo Daniel, tengo 33 años y tengo esquizofrenia.

Mi enfermedad apareció en la adolescencia. Empecé a ir con malas compañías, dejé los estudios y empecé a fumar porros y a beber alcohol. Al principio creía que era un juego y que el consumo era algo divertido para mí y par mis “amigos”. Pero a los 16 años era bastante rebelde y no escuchaba los consejos de nadie.

Aparecieron los primeros síntomas. Tenía paranoias con que mis padres descubrieran mis consumos. Y eso me generaba mucha ansiedad y nervios.

Tuve que pedir ayuda a mis padres porque no controlaba la situación y veía que estaba mal. E ingresé en un hospital para adolescentes. Los primero días no lo aceptaba y negaba lo que me decían que tenía y pensaba que los síntomas no eran reales, hasta que lo acepté gracias a los profesionales sanitarios y a mis compañeros de ingreso.

Para una persona con un trastorno mental es fundamental la medicación y más en la esquizofrenia con independencia de los síntomas que aparezcan (voces, paranoias, alucinaciones…). La medicación en mi caso forma parte del día a día y me ayuda a llevar una vida normal. Y una relación de complicidad y sinceridad con tu psiquiatra es muy importante para nuestra rehabilitación.

Cuando me dieron el alta del hospital tuve que aprender muchas cosas de nuevo y me puse pequeños retos a superar el día a día. Primero ir a por el pan para obligarme a salir de casa. Después ir a comprar al supermercado tras comprar el pan para acostumbrarme a tratar con la gente… Así hasta ahora.

Al año de salir del hospital tuve mi primer empleo, como mozo de almacén. He trabajado continuamente en diferentes empresas hasta mi trabajo actual estable en un centro especial de trabajo. Tuve que tener mucha fuerza de voluntad cuando trabajaba en empresas ordinarias. Me veía obligado a ocultar mis citas psiquiátricas o analíticas, por temor a un cambio en la relación con los jefes o perder mi trabajo.

Con el tiempo he tenido amigos tanto en el trabajo como fuera. He tenido amigos con confianza total a los que he hablado de mi enfermedad sintiéndome aceptado. Y cuando conocía a una chica, para ser sincero y tener una buena relación, en la segunda cita le explicaba mi situación. Si la aceptaba y me comprendía, me indicaba que podía ser una relación estable.

He aprendido estos últimos años a quererme y a no hacer caso de los comentarios negativos de la gente que no comprende lo que es una enfermedad mental. De la esquizofrenia siempre se hablado para mal. No todas las personas que tenemos esta enfermedad somos violentas ni antisociales. Yo tengo esquizofrenia desde hace 17 años y nunca he tenido ningún problema, pelea o conflicto con nadie.

Quiero decir en primera persona -con mi enfermedad- que no te tienen que condicionar los tópicos de siempre que salen en televisión, series, películas, o prensa.

Por eso estoy aquí dando la cara para que me conozcáis un poco mejor y tengáis una visión positiva y real sobre las enfermedades mentales.

Daniel

Agradezco a toda la gente que me ha apoyado durante estos años como profesionales y mi familia.

 

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