La vida, esa vida que vivimos cada uno de nosotros y que a veces puede parecer de color de rosa. Estamos metidos de lleno en nuestro trabajo -que no es poca cosa- y nos sirve para sacar adelante nuestra casa y a nuestros hijos. Nuestros queridos hijos por los que daríamos la vida.
Ellos viven su vida al margen de nosotros, como nosotros lo hacíamos con nuestros padres. No podemos saber qué les lleva a perder el control de sus vidas temporalmente por diversos motivos y que a nosotros, sus padres, la mayoría de las veces es a los últimos que le explicarían sus problemas. Empiezas a notar cosas raras y a las que no quieres dar importancia… Cambios de humor, distancia… Se ponen a la defensiva y antes o después son signos evidentes de que algo va a pasar. Y acaba pasando y te coge desprevenido y no sabes qué hacer… Pero yo creo que sí que sé lo que hay que hacer; estar ahí a su lado, sin juzgar, sin culpabilizar y haciéndoles sentir tu cariño y que vas a estar siempre con ellos pase lo que pase. A los hijos se les quiere, se les ayuda, se les deja volar y se les hace saber que vas a estar ahí toda la vida cuando te necesiten. Nada más, los hijos son lo mejor que tenemos en el mundo. Jose Jareño Imatge Designed by rawpixel.com / Freepik